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“EDITORIAL OMNIA JUL-AGO 2013”

Me despego del mí, del me, del ma me mi conmigo... Del juego absurdo de palabras que embadurnan mi lenguaje. Del pliego de papel de magdalena pegado a mis costillas.

Recibo al él, al ella, al otro separado en la distancia de mis dudas. Unas veces enorme y otras veces al lado. Recibo a la otra blanca o negra alma que se esconde tras la puerta.

Madrigueo los domingos en la cama, cual placer que lleva su condena. Así, a partir de ahora, no me dejes más la puerta quebrada del papel en blanco, la yaga fresca desnutrida que llama a los vampiros de la noche. Me propongo pedirle a la nada que hable, que cierre la verja de mis dudas. Me propongo cambiar la luz de mis ojos, dar vuelta la piel de mis puntos abiertos. No quiero enseñar más poros oscuros de un alma borracha de soledades desengañadas con el tiempo. Algo más, por lo menos…

Y es que en el sacrificio inerte de la vida, pedir amor es batalla ganada al silencio. Perdida la mayoría de las veces, locuaz sensación amarga de madura nostalgia disfrazada de versos.

Pedir amor es soñar que sueñas sueños imposibles, que existe una frontera dibujada entre tu cara y la mía, que alguien recibe tus manos ausentes plagadas de nervios sudados. Pedir amor es soñar que el pobre se pueda volver rico y que el torpe se pueda quedar para siempre. Es ganar una partida a la ruleta. Es el riesgo de encontrarlo sin coartada ni respuesta. Es silencio en unos ojos que se habían cerrado para siempre.

Y de mi propuesta veraniega se escapan mis verdades, mis risas, mis razones siempre sazonadas de misterioso latido penitente. Las encierro esperándolas muertas de mi regreso nocturno. Tiradas, en la cuneta de las experiencias fracasadas. Marchito el pensamiento certero y temprano me doy cuenta de que sigo estando solo, escribiendo.

Del solsticio de verano, del San Juan omnipresente cada junio, del fuego que calcina mis zapatos sin heridas, felicito y recupero -como siempre- este guiño cariñoso a quien lleva las riendas de la nave. Cartagena, Alcalá y esta España nuestra. Como nuestra lo es la Presidenta de OMNIA que se hace llamar Candela, pero que con el nombre de Puri da la vida y se la quita como regalo de flores veraniegas. Un dos de julio nació sembrando Murcia y las tierras de la vida de pétalos de ilusión prometida.

Palabras, poemas, amigos y pasiones… Ha recogido misterios y recorrido toda una vida. ¡Lucha con fuerza y crece en el camino que aún te queda! Un beso fuerte, Candela.

Por más, pedir la retirada. Cansar los ojos para relajar el sueño. Dormir la vida para inventar un mañana. Vivir despacio para agotarse en un suspiro… Aquí, a continuación, tenéis recetas. Con configuraciones abiertas y fechas de caducidad resueltas. Tratamientos contra la locura y dietario de ilusiones. Son palabras, sentimientos escritos que escapan de la opinión subjetiva. No los juzgues, no los muevas. Bébetelos enteros y, si no sientes nada, siempre puedes devolverlos.

Muchas gracias a todos los lectores de la Revista OMNIA. Aquí, el nuevo número 116. ¡Un regalo! Felices vacaciones y nos vemos, reflejados en la hoja, después del verano.


Raúl Sánchez Plasencia
(Alcalá de Henares, Madrid)

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